El problema sexual en las cárceles está dedicado a mí, cosa ésta que secederá a tantos otros que acaso ni han de leerlo. He padecido como actor y espectador las atrocidades que usted comenta. Por aceptación tácita no me atreví a enfrentarlas, o, mejor dicho, ni siquiera tuve oportunidad de hacerlo, puesto que disputar en un bar con cualquier conocido que, por ejemplo, sostiene que toda desviación se cura
Aún no hay reseñas.